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No es carne roja
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En gastronomía, la carne roja es comúnmente de color rojo cuando está cruda y de color oscuro después de ser cocinada, en contraste con la carne blanca, que es de color pálido antes y después de la cocción.[1][2] En términos culinarios, sólo la carne de mamíferos o aves (no de pescado) se clasifica como roja o blanca.[3][4] En la ciencia de la nutrición, la carne roja se define como cualquier carne que tiene más de la proteína mioglobina que la carne blanca. La carne blanca se define como la carne no oscura de pescado o pollo (excluyendo la pierna o el muslo).
Según la definición culinaria, la carne de mamíferos adultos o “de caza” (por ejemplo, la carne de vaca, de caballo, de carnero, de venado, de jabalí, de liebre) es carne roja, mientras que la de mamíferos jóvenes (conejo, ternera, cordero) es blanca. Las aves de corral son blancas. La mayoría de las carnes de cerdo son rojas, otras son blancas[7] La caza se clasifica a veces en una categoría aparte. (En francés: viandes noires – “carnes oscuras”)[4] Algunas carnes (cordero, cerdo) son clasificadas de forma diferente por distintos autores.
Tipos de carne
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En gastronomía, la carne roja es comúnmente de color rojo cuando está cruda y de color oscuro después de ser cocinada, en contraste con la carne blanca, que es de color pálido antes y después de la cocción.[1][2] En términos culinarios, sólo la carne de mamíferos o aves (no de pescado) se clasifica como roja o blanca.[3][4] En la ciencia de la nutrición, la carne roja se define como cualquier carne que tiene más de la proteína mioglobina que la carne blanca. La carne blanca se define como la carne no oscura de pescado o pollo (excluyendo la pierna o el muslo).
Según la definición culinaria, la carne de mamíferos adultos o “de caza” (por ejemplo, la carne de vaca, de caballo, de carnero, de venado, de jabalí, de liebre) es carne roja, mientras que la de mamíferos jóvenes (conejo, ternera, cordero) es blanca. Las aves de corral son blancas. La mayoría de las carnes de cerdo son rojas, otras son blancas[7] La caza se clasifica a veces en una categoría aparte. (En francés: viandes noires – “carnes oscuras”)[4] Algunas carnes (cordero, cerdo) son clasificadas de forma diferente por distintos autores.
Tipos de carne blanca
A menudo los clientes, y el público en general, se confunden sobre qué carnes se clasifican realmente como carnes rojas. Entendemos la confusión y siempre intentamos dar a nuestros clientes la información que necesitan, por lo que hemos elaborado este artículo para aclarar un poco esta cuestión.
Antes de empezar, hay que decir que la carne roja es una gran fuente de proteínas, vitaminas y minerales, y que debería formar parte de una dieta equilibrada y una vida sana. Por si no lo sabe, las controvertidas directrices del Servicio Nacional de Salud (NHS) relativas a que la carne roja es perjudicial para la salud, fueron eliminadas tras la revisión de la literatura por parte de un equipo internacional de investigadores, que consideró que las pruebas eran “débiles”. Puede leer más sobre esto en nuestro artículo “Las afirmaciones sobre la carne roja fueron un verdadero error”.
En primer lugar, debemos hacernos una idea de lo que realmente constituye la carne roja. La carne roja suele ser roja cuando está cruda, de ahí su nombre, pero no siempre. En términos científicos, la carne roja se define por el nivel de proteína de mioglobina que se encuentra en la carne. Esto es lo que a menudo puede llevar a confusión, ya que significa que la carne como el cerdo, que no es de color rojo cuando está cruda, se clasifica en realidad como carne roja debido a los niveles de la proteína mioglobina que se encuentra en la carne.
La salud de la carne roja
La carne roja es una excelente fuente de nutrientes esenciales, como proteínas, hierro, niacina, zinc y vitamina B12. Sin embargo, hay pruebas probables de que la carne roja aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de intestino. En particular, la carne procesada, como el jamón, el tocino, el pastrami, el salami, las salchichas y los frankfurts parecen ser los más preocupantes, con pruebas convincentes que relacionan la carne procesada con un mayor riesgo de cáncer de intestino.
Se recomienda comer sólo cantidades moderadas (menos de 500 g por semana) de carne roja magra con toda la grasa visible recortada. La carne roja magra incluye la carne de vacuno, cordero, ternera, cerdo, canguro y muchas carnes de caza. Se trata de unos 65 g de carne roja cocida (del tamaño de la palma de la mano), no más de 7 veces a la semana. La mayoría de las personas comen porciones más grandes que esto, por lo que deberían comerla con menos frecuencia. La carne procesada debe limitarse al máximo. Las alternativas a la carne roja son las aves de corral (como el pollo, el pavo y el pato), el pescado y el marisco, los huevos, las legumbres, los frutos secos y las semillas.